¿Qué es la vida?
Pues no lo sé. Ni idea.
Dice mi jefe que la vida es eso que nos ocurre mientras hacemos
planes para ella. Y, dice, Elvira, su mujer que sí, que eso lo dirá
él pero que en realidad se lo copio a ya no se acuerda ella quién.
Pero yo, Laura, no sé que es la vida. Solo sé que aparecí en
ella un buen día de agosto de 1985 y que desde entonces camino por
ella, con muchísima frecuencia sin saber a donde voy, ni a donde
quiero ir, ni siquiera a donde puedo ir y mucho menos en donde
terminare.
En cierto modo la vida me es una sorpresa permanente, hasta me
sorprende cuando a veces, en rara ocasión, no me sorprende,
precisamente por eso, por lo raro que no me sorprenda y lo poco
acostumbrada que me tiene a que no me quede boquiabierta.
Es es ella misterio que no se deja atrapar en palabras. Un
misterio en el que nos movemos, respiramos y nos late el corazón en
el pecho. Mar hecho de momentos en el que a todo antes le sucede un
después, que se vuelve presente y termina enseguida, haciéndose
pasado. Un pasado que ya no está y que sin embargo jamás se va.
La vida es ese misterio que está presente en nosotros mismos,
volviéndonos con ello también misterio a nosotros mismos.
Quizá eso no sea saber mucho, puede que no sea saber que es en sí
misma la vida, pero puede que sea también todo lo que se necesita
saber de ella para comenzar a deshilvanar la madeja de nuestra propia
vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario