Concebimos el blog entre tres, una
camarera y dos clientes de confianza. Pensamos que sería interesante
contar toda una serie de historias relacionadas con bares, cafeterías
y similares. Para mantener la privacidad de todos aquellos
relacionados con ellas pensamos en inventar un personaje, una
camarera, Lilith, que las contaría, un local ficticio en el que las
centraríamos, en un pueblo de la costa gallega aun por determinar y
quizá también ficticio. Pero en realidad, salvo dar su ocasional
opinión personal, dos de ellos nunca han hecho nada en el blog, por
lo que, y me costo meses, termine aceptando que en realidad el blog
es mio y solo mio. Y, Lilith en vez de ser un personaje ficticio ha
terminado siendo simplemente un seudónimo mio, como lo podría ser
cualquier otro.
En realidad el blog nunca fue
aquello para lo que lo pensamos aquella tarde.
Fue pasando el tiempo y estos días
se cumple un año de su existencia, en realidad lo hace hoy (aunque
este texto lo publicare más tarde) día 24 de agosto por la sencilla
razón de que la publicación del 21 se hizo solo para que la del 24
no fuera la primera. El 24 es el aniversario de un homicidio del que
me había enterado poco antes, y quería que en esa fecha apareciera
algo en recuerdo de la victima. En honor de ella. En recuerdo suyo.
Pero no que apareciera en un blog en blanco, desnudo y que en
aquellos momentos yo sentía como frio, demasiado, para algo como
eso. Le quise hacer esa entrada previa como un modo de “acoger”
mi duelo por una persona a la que nunca podre conocer.
Luego el blog continuo, una noche
paso algo, vi algo, sucedió, el tipo de cosa que no debiera pasar.
A la tarde siguiente hubo una
discusión. Yo tolero muy mal a la gente violenta. Y, tampoco tolero
muy bien, que digamos, a los que disculpan o justifican a esa gente.
Esa discusión me dejo muy mal sabor de boca, tanto que escribí
algo, para lavarme la boca con palabras y quitarme de ese modo buena
parte de ese sabor. Pero unos días después aun estaba bajo el
efecto de ello y era de nuevo un 24, esa vez de Diciembre, entonces
escribí algo que de otro modo seguramente no me habría dado por
publicar.
Ese 24 de Diciembre hago publico
que soy pagana, no es que mi paganismo sea un secreto, no lo es para
nada, pero no todos mis amigos saben que lo soy, y la razón es
sencilla, nunca vino a cuento que se lo dijera, nunca lo preguntaron,
les da igual. Y, es que aunque mi paganismo no sea un secreto tampoco
es una bandera que enarbolar, o al menos no lo venia siendo hasta
ahora. Pero ese 24 de Diciembre sentía una feroz necesidad de
explicarme. Encuentro intolerable la tolerancia hacia lo intolerable.
Disculpar un maltrato, justificar un maltrato, excusar un maltrato es
facilitar el maltrato y que se haga eso con palabras pronunciadas en
tono de santidad me parece no solo un insulto a la vida, me parece un
insulto a las victimas. Lo tenia que decir.
Pero al publicar eso no pude
evitar sentir curiosidad sobre que habría en la red, Internet, sobre
paganismo. Y, curiosee.
He sido invitada a publicar en un
blog de paganismo. Y, puede que piense ya más en ese blog que en el
mio. Me duele cada vez que tengo que autocensurarme en este blog,
para no herir la sensibilidad de algún vecino, por otro lado gracias
a Vicent el blog no parece un monologo, pero sigue teniendo mucho de
monologo y no soy amiga de los monologos, además me cansa tener que
andar pidiendo permiso para publicar ciertas historias, encima cada
vez que lo hago se entera alguien nuevo en el pueblo de que tengo el
blog lo que a su vez incrementa mi tendencia hacía la autocensura de
las historias. No sé.
Algo va mal, algo hago mal.
Estoy dejando que opiniones ajenas
decidan lo que publico o no y el modo en que lo hago, incluso
opiniones que me imagino.
De ese modo no me sorprende que le
ande tomando alergia a publicar.
Pero no falla el blog, ni lo que
hago en él, falla la perspectiva con la que miro lo que hago en él.
Con una perspectiva ajena en la que me difumino y termino perdiendo.
Por lo tanto, el blog no va cambiar, voy ser yo la que cambie, para
volver a ser como era con él antes de que que cambiara mi mirada por
la ajena.
Diagnosticado el problema la
solución parece fácil.
Hace unas noches, la del sábado,
alguien me dijo que la mayor parte de la gente en vez de vivir como
creen que deben vivir viven como creen , ellos, que los demás creen
que deben vivir. Me dijo que yo no soy una de esas personas, y tiene
razón, a veces no lo soy. Pero es muy fácil terminar siendo así,
incapaz de vivir salvo pidiendo permiso a los demás para vivir. Y, a
veces, de tan fácil que eso es, hasta yo caigo en esa trampa.
Es hora de salir de ella.