miércoles, 31 de agosto de 2016

Recapitulando

El blog nació, como idea, una tarde de verano. Y, su primera publicación fue hecha poco después, el 21 de agosto del año pasado. Fue concebido para cumplir una función y en aquellos días lo procure preparar para ello.

Concebimos el blog entre tres, una camarera y dos clientes de confianza. Pensamos que sería interesante contar toda una serie de historias relacionadas con bares, cafeterías y similares. Para mantener la privacidad de todos aquellos relacionados con ellas pensamos en inventar un personaje, una camarera, Lilith, que las contaría, un local ficticio en el que las centraríamos, en un pueblo de la costa gallega aun por determinar y quizá también ficticio. Pero en realidad, salvo dar su ocasional opinión personal, dos de ellos nunca han hecho nada en el blog, por lo que, y me costo meses, termine aceptando que en realidad el blog es mio y solo mio. Y, Lilith en vez de ser un personaje ficticio ha terminado siendo simplemente un seudónimo mio, como lo podría ser cualquier otro.

En realidad el blog nunca fue aquello para lo que lo pensamos aquella tarde.

Fue pasando el tiempo y estos días se cumple un año de su existencia, en realidad lo hace hoy (aunque este texto lo publicare más tarde) día 24 de agosto por la sencilla razón de que la publicación del 21 se hizo solo para que la del 24 no fuera la primera. El 24 es el aniversario de un homicidio del que me había enterado poco antes, y quería que en esa fecha apareciera algo en recuerdo de la victima. En honor de ella. En recuerdo suyo. Pero no que apareciera en un blog en blanco, desnudo y que en aquellos momentos yo sentía como frio, demasiado, para algo como eso. Le quise hacer esa entrada previa como un modo de “acoger” mi duelo por una persona a la que nunca podre conocer.


Luego el blog continuo, una noche paso algo, vi algo, sucedió, el tipo de cosa que no debiera pasar.
A la tarde siguiente hubo una discusión. Yo tolero muy mal a la gente violenta. Y, tampoco tolero muy bien, que digamos, a los que disculpan o justifican a esa gente. Esa discusión me dejo muy mal sabor de boca, tanto que escribí algo, para lavarme la boca con palabras y quitarme de ese modo buena parte de ese sabor. Pero unos días después aun estaba bajo el efecto de ello y era de nuevo un 24, esa vez de Diciembre, entonces escribí algo que de otro modo seguramente no me habría dado por publicar.

Ese 24 de Diciembre hago publico que soy pagana, no es que mi paganismo sea un secreto, no lo es para nada, pero no todos mis amigos saben que lo soy, y la razón es sencilla, nunca vino a cuento que se lo dijera, nunca lo preguntaron, les da igual. Y, es que aunque mi paganismo no sea un secreto tampoco es una bandera que enarbolar, o al menos no lo venia siendo hasta ahora. Pero ese 24 de Diciembre sentía una feroz necesidad de explicarme. Encuentro intolerable la tolerancia hacia lo intolerable. Disculpar un maltrato, justificar un maltrato, excusar un maltrato es facilitar el maltrato y que se haga eso con palabras pronunciadas en tono de santidad me parece no solo un insulto a la vida, me parece un insulto a las victimas. Lo tenia que decir.

Pero al publicar eso no pude evitar sentir curiosidad sobre que habría en la red, Internet, sobre paganismo. Y, curiosee.

He sido invitada a publicar en un blog de paganismo. Y, puede que piense ya más en ese blog que en el mio. Me duele cada vez que tengo que autocensurarme en este blog, para no herir la sensibilidad de algún vecino, por otro lado gracias a Vicent el blog no parece un monologo, pero sigue teniendo mucho de monologo y no soy amiga de los monologos, además me cansa tener que andar pidiendo permiso para publicar ciertas historias, encima cada vez que lo hago se entera alguien nuevo en el pueblo de que tengo el blog lo que a su vez incrementa mi tendencia hacía la autocensura de las historias. No sé.

Algo va mal, algo hago mal.

Estoy dejando que opiniones ajenas decidan lo que publico o no y el modo en que lo hago, incluso opiniones que me imagino.

De ese modo no me sorprende que le ande tomando alergia a publicar.

Pero no falla el blog, ni lo que hago en él, falla la perspectiva con la que miro lo que hago en él. Con una perspectiva ajena en la que me difumino y termino perdiendo. Por lo tanto, el blog no va cambiar, voy ser yo la que cambie, para volver a ser como era con él antes de que que cambiara mi mirada por la ajena.

Diagnosticado el problema la solución parece fácil.

Hace unas noches, la del sábado, alguien me dijo que la mayor parte de la gente en vez de vivir como creen que deben vivir viven como creen , ellos, que los demás creen que deben vivir. Me dijo que yo no soy una de esas personas, y tiene razón, a veces no lo soy. Pero es muy fácil terminar siendo así, incapaz de vivir salvo pidiendo permiso a los demás para vivir. Y, a veces, de tan fácil que eso es, hasta yo caigo en esa trampa.

Es hora de salir de ella.