El blog va avanzando y siento la necesidad igual que antes y aun más
de mantener mi anonimato y hasta enmascaramiento y aun así y a la
vez de desnudar ciertos aspectos de mi biografía que irán cobrando
importancia, imagino, a medida que avance aun más el blog.
¿De donde salgo, vengo?
En el futuro supongo que desarrollare una explicación más extensa
de los aspectos que ahora voy a mencionar del camino que me trajo
hasta aquí. Pero por ahora con lo que voy decir espero que llegue.
El concepto de Dios, en mis primeros años me resultaba confuso. Muy
pronto la información que me llegaba sobre él dejo de serme fiable.
Se convirtió durante años en una pregunta sin respuesta y la cosa
fue a más cuando a los doce años las palabras de un cura me
probaron que nada saben. O eso opine entonces y eso opino ahora. Y,
aunque merece el asunto mayor detalle lo dejo para mejor ocasión que
hoy quiero aligerar.
A los trece años viví una experiencia que me llevo a concluir que
de todos modos Dios probablemente si existía pese a no parecerse al
de los curas.
Entre en mi adolescencia sin haber pensado mucho más en el tema y
entre los 16 y 17 años se produjo un cambio. Olvide entonces el Dios
que me pareció intuir, sentir, a los trece. Ya que no me parecía
compatible, para nada, con el mundo real y entraba, o eso me
pareció, en contradicción con la realidad de la vida. El caso es
que desemboque en el malteismo, con todas sus consecuencias y sin
consejo para ello de nadie, a puro pelo.
Saliendo ya de mi adolescencia o recién salida, que no se como
llamar a eso, conozco a una persona y esa persona me cambia ya para
siempre la vida. Es por esa persona que me adentro en el terreno del
hermetismo y es por el hermetismo que dejo atrás, como olvidada, mi
fase malteista.
Hoy sigue siendo esa mi senda, el hermetismo, no conozco otra. Lo que
no quiere decir que pertenezca a esa tradición.
No, yo no pertenezco a ninguna tradición, a ninguna cultura, a
ninguna religión, a ningún pueblo, a ninguna ideología. Y, jamás
entenderé a quienes se permiten a si mismos “pertenecer” a tales
cosas.
Simplemente lo vivo que es distinto.
He encontrado un camino en el Hermetismo, creo en él y lo seguiré
haciendo mientras no vea razones para lo contrario. Termine además,
encontrando un hogar o religión, cuando añorando una recordé un
viejo articulo leído años atrás y entonces me puse a buscar, como
pude, información y termine dando con una religión, muerta hace
mucho, pero que encajaba con mi forma de ser y tenia un dedo inmenso
señalando a la Luna de los Filósofos, esa religión es ahora la mía
y aunque eche un poco de menos a otros no necesito que sea a la vez,
ella, también de otros. Ya solo me falta, pues, encontrar otras dos
cosas:
Una humanidad diferente, una que me guste, pues aunque aprecio y
muchísimo, no lo niego, a la que sí conozco la aprecio, sí, pero
como aprecias a un hermano con el que casi en nada estas de acuerdo,
no te escucha y a veces, para colmo, hasta te detesta.
Y, me falta volver a encontrar a la persona que me cambio la vida y
luego se me perdió en ella.
Ya solo me faltan dos cosas, pero hubo un tiempo en el que me
faltaban más; aunque sigan siendo las dos que más me importan las
dos que aun me faltan.
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