lunes, 21 de septiembre de 2015

Cada persona es única

No todos los humanos somos iguales, no, ni todos los hombres son iguales, ni todas las mujeres lo somos. No todos los niños son iguales, ni todos los ancianos, ni todas las abuelas, ni todos los nietos.

No todos los negros son iguales, ni todos los cristianos lo son, ni todos los comunistas.
No todos los esquimales son iguales, ni todos los musulmanes lo son, ni todos los fascistas.
No todos los japoneses son iguales, ni todos los budistas lo son, ni todos los monárquicos.
No todos los daneses son iguales, ni todos los ateos lo son, ni todos los liberales son iguales.

Detesto los estereotipos y clichés. No somos botones que ordenar en sus correspondientes cajones. Cada persona es única e irrepetible, por ello indefinible.

Por eso no soy blanca, lo es mi piel no yo.
No soy religiosa o atea, esas son mis creencias, y las de hoy pueden no ser las de mañana.
No soy gallega, Galicia es tierra y cultura pero yo soy un ser humano, no la confundáis pues conmigo, que mucha es la leche gallega que me he bebido, os lo aseguro, pero nadie es la leche que se bebio, si a caso lo que hizo con ella, pero ni eso siquiera.
Tampoco soy española, lo es mi nacionalidad, no yo, pero solo cuando necesito pasaporte o carnet de identidad.

Nada humano me es ajeno, pero yo solo soy yo, aunque nada sin todo lo demás.
Nada sin el aire, que me mantiene en vida. Nada sin el pasado que me trajo a la vida.
Y, del mismo modo que un día nací otro moriré. Y, ya no seré más, nada salvo lo que fui. Un universo propio, diferente a todo lo demás, pero también a todo lo demás engarzado.

Por eso, por ese engarce, que no por otra cosa, soy blanca, negra y gitana que china y esquimal y pigmea nací. Y, soy republicana, comunista, demócrata, fascista, libertaria, conservadora, progresista y, para mi vergüenza, también antidemocrata. Y, es que cada universo contiene a todos los demás y mirad por donde en eso ya no soy diferente a nadie ni a nada. Que lo soy.

Y, eso me encanta.

Por eso me maravillan y enamoran las miradas que me desnudan, no las que me despelotan si no esas otras, esas que ves en ellas que al mirarte realmente te están viendo, esas miradas, las que te descubren, las que te reconocen son las que he buscado toda mi vida.

Solo para esa gente puedo ser real; solo para aquel que nos ve existimos, los demás solo ven sombras, no la persona que somos.

El hombre que yo pueda amar ha de saber desnudarme: ver lo que soy y mi engarce con la vida y el cosmos entero.


2 comentarios:

  1. Simplemente, eres... así de compleja es la existencia. (Rafa)

    ResponderEliminar
  2. Ya, pero una se hace preguntas y a riesgo de perseguir sombras a veces... es como presentir que complejo y simplle solo son las dos caras de la misma moneda pero aunque sus caras ,me resultan visibles, por ahora, la moneda me permanece oculta, invisible :-(

    :-D

    Aunque no sé si me explico.

    ResponderEliminar