domingo, 1 de mayo de 2016

Hablando sobre la muerte

Temo que nos hemos pasado. Él y yo.

Fue una irresponsabilidad por nuestra parte continuar la conversación cuando nuestros interlocutores ya habían dado pruebas de no estar preparados para lo que contábamos.

Ya no soy capaz de recordar como comenzamos a hablar de la muerte. Pero resulta que ese es uno de mis temas favoritos y de hecho dos de los pocos comentarios que por el momento he dejado en algún que otro blog se debieron a eso. Para mí la muerte es muchas cosas, entre ellas una maestra. Me enseña a vivir mi vida, a no desperdiciarla y a ver las cosas con serenidad y perspectiva. Incluso me enseña a amar aun más y mejor a la gente que amo.

Pero cuando me encuentro, por ejemplo, ante un hombre de unos cincuenta años que me dice que no soportaría la muerte de su hermano pequeño si esta se presentara...

Que no la desee y le duela eso lo entiendo, por supuesto, pero que diga que no la soportaría eso me descoloca, no lo comprendo y menos cuando lo trata de explicar diciendo que es antinatural que un hermano entierre a un un hermano pequeño.

Ya no recuerdo que filósofo dijo una vez que las guerras son indeseables pues es antinatural que los padres entierren a los hijos. Eso lo puedo entender, aunque me parece una licencia meramente literaria, pura oratoria de masas, el llamar antinatural a lo indeseable. La guerra es indeseable, digo yo, por la sencilla razón de que es indeseable que se produzcan muertes por estúpidos caprichos de indeseables.

Pero que un hombre de unos cincuenta años llame antinatural a la muerte de un hermano solo por ser un puñado de años menor que el primero y ya haciendo una treintena de años que dejo la adolescencia atrás y no digamos ya la infancia....

 
Me parece profundamente inmaduro. Prueba de que estoy ante un niño y no un hombre. Ante alguien que ha tenido tiempo más que de sobra para hacer los deberes que la vida le pide al respecto, pero que aun así aun no los ha hecho.

Al ver eso debí parar y debí parar y debí parar, pero ni yo ni mi amigo lo hicimos y continuamos la conversación, sin percatarnos de que estábamos hablando a niños de cincuenta años.

La muerte de un ser querido impone en los seres humanos algo que en psicología se llama duelo. En la actualidad el duelo está siendo estudiado y se ve que es un proceso natural a través del cual pasa la persona para poder readaptar su vida a las nuevas circunstancias. Es doloroso, amargo, pero necesario. Y, es un proceso que atraviesa una serie de fases características de él.

El duelo es un trago amargo, pero inevitable si queremos estar adaptados a la vida. Pero hoy en día parece que le huimos, con lo cual poco bien puede hacernos. Nos empeñamos en vivir sin asumir la mortalidad, posponiendo aceptar ese hecho por lo desagradable que nos resulta y de ese modo cuando se presenta nos pilla sin la madurez necesaria para adaptarnos a ello. Ya no sabemos morir.

Por eso cuando la muerte llega nos golpea de un modo mucho más brutal, y es que hemos perdido nuestra capacidad para asumir nuestra condición de humanos.

Ese día debimos callar, necesitaban y mucho asumir nuestras palabras, aunque les dolieran, pues si bien oír las palabras y asumirlas hace daño a cambio aprovecha más que daña por ser el camino para prepararnos para lo que algún día llegara y más nos vale que nos pille fuertes y preparados. oír las palabras, cuando no se asumen, en cambio solo hace daño, producen el desgarro y no lo curan.

Debimos callar. Pero es que hasta ese día los habíamos visto como adultos, sus cincuenta años nos lo exige, y no supimos ver o si vimos pero no dimos asumido a tiempo que estábamos en realidad ante dos inmaduros.

12 comentarios:

  1. Yo creo, y siempre creo, que hay dos tipos de homabres, los que aman positivamente y los que lo hacen negativamente, pero ambos aman, no, no es extraña para mí la muerte, pero sólo los dioses o Dios pueden darla o quitarla, sin su auxilio hacemos cábalas en el aire. Nada más, las más de las veces los hombres "negativos" crean un destino que creen de su cosecha, pero son puros espectadores de esos dioses. Ahora, la idea de la muerte, propia, para un hombre "negativo" le es completamente afín, más de lo que la muerte de un otro le pueda llegar a ser.
    Estoy de acuerdo en que no hemos sido educados para morir, pero morir es un acto, que salvo unos pocos, todos desconocemos, y el miedo a lo desconocido es como si nos dieran a probar una gamba verde, creeríamos que puede ser un escorpión de la peor especie, mero instinto de supervivencia, que los hombres "positivos" aman, aman ese distingo que les da la posibilidad de probar cosas nuevas, su muerte, que es la de los otros en ellos.

    Vicent

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  2. Si una frase lo puede resumir todo, para todos, i a todos los dioses es: Dios, perdóname por ser tan feliz.

    Quizá alguien le encontraría connotaciones masoquistas o antivida, pero no, es el resumen. El resumen.

    Vicent

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  3. Quizá le parezca absurdo lo que le contaré, pero hay cosas que usted y yo, incluso usted no sabe que sabe. Todo empezó con el cáncer de la madre de un amigo, yo intenté ayudarla desde la lejanía, no lo conseguí, pero aprendí algo.
    Si le digo que sigo viendo una serpiente negra o un tren que va a Portugal usted me preguntará si estoy loco. Pues sí, lo estoy, pero sé mucho de mi vida y de mi muerte y de la de los míos, de la de los que amo verdaderamente, y de la del mundo; tanto como para saber que yo moriría de aburrimiento si no hiciera el bien, como sé que otros son mi parte contraria, pero no por ello los temo, no. Intento hacerles ver, cosa que saben sin saber, que no son ellos quienes aprietan el gatillo sino ¿? dejémoslo aquí por hoy. Aún pretendo descubrir muchas más cosas, hay monjes tibetanos que llegan a levitar, eso lo hace la sabiduría.

    Vicent

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  4. La sabiduría logos, como creación, no la contraria.

    Vicent Adsuara i Rollan

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    1. En ningún momento pensé que se podía estar refiriendo a otro tipo de sabiduría que esa. Pero se agradece la matización,

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  5. Todo hombre, toda mujer inconsciente o conscientemente, activo o pasivo se defiende de sus semejantes, pero hay un "milagro" que busca a los "¿elegidos?" que hace que un encuentro sea pràcticamente imposible, un encuentro entre dos líneas del tablero de ajedrez que algunos suponen que es la vida, y del innombrable que la suponen otros, por enigmática.

    Entre usted y yo, entre los suyos y los míos, entre yo y el mundo no habrá ese encuentro nunca, si Dios quiere.

    Vicent Adsuara i Rollan

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  6. Y en comprender (sentir), postular y pronunciar el milagro que supone la disolución de ese dilema entre obra del Hombre y obra de Dios está el misterio.

    Ya la dejo, espero que haya tenido paciencia conmigo por mi verborrea, a veces es necesaria, hoy ha pasado otro milagro, que no es lugar para comentárselo.

    Vicent

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    1. No es verborrea. Se nota, Vicent, que o bien el articulo le inspiro especialmente o fue ese milagro al que alude o bien una combinación de ambos factores pero esta vez le encuentro muy inspirado y motivado :-)

      Si lo llama milagro seguro que no es nada malo si no al contrario, por lo que sea lo que sea espero que no resulte inoportuno si le felicito por ello.

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  7. "hay monjes tibetanos que llegan a levitar, eso lo hace la sabiduría."

    Hombre, yo creo que no. Sería "magia", y no "sabiduría". Permítaseme defender la sabiduría allí donde se encuentre...

    Aquí se habla de la sabiduría: http://unpocodesabiduria21.blogspot.com.es/

    Y un ejemplo de sabiduría, de antes de la filosofía y de la ciencia (pero nunca antes de la religión, eso sí...)

    https://es.wikipedia.org/wiki/Categor%C3%ADa:Libros_de_ense%C3%B1anzas_del_Antiguo_Egipto
    https://es.wikipedia.org/wiki/Instrucciones_de_Shurupak

    "La literatura sapiencial, creada para enseñar la piedad adecuada, inculcar la virtud, y preservar las normas de la comunidad"

    Lo de levitar, mejor lo dejamos... Yo, por lo menos, no lo recomiendo.

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    1. Idea21, aquí Vicent y yo solemos usar el lenguaje de un modo muy libre, ya matiza que no se refiere por sabiduría a la que se puede encontrar en el blog un poco de sabiduría. Aunque
      no me sorprendería nada que si llega a conocer este otro blog también le guste.

      En cuanto a lo de los monjes levitando, que me corrija Vicent si me equivoco pero, lo he interpretado como una metáfora, no literalmente, que me parece además muy adecuada como tal.

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  8. La verdad es que lo puede llamar como quiera, como metáfora o como realidad, en la vida es sueño el madrileño Calderón de la Barca ya nos iluminó al respecto, cosa que hoy o ayer tomaron filósofos, en la actualidad un poco olvidados y muy denostados.

    Vicent

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  9. ¿La vida es sueño?

    Me temo, Vicent, que no hay modo de negar eso desde un punto de vista racional.

    Me recuerda esto a como el propio Descartes en su Meditaciones, tras alguna falacia llega a su famoso “cogito ergo sum” y para intentar salir del solipsismo onírico en el que se ve atrapado se ve forzado para intentar salir de ello al concepto de dios pero manejado con ayuda de alguna falacia. Es decir que no consigue realmente negar de forma racional que la vida es sueño.

    Pero ya llego después Kant y otros como los empiristas que acotaron el alcance de la razón y que yo sepa no hay forma ya de intentar, siquiera, negar eso de modo racional. Que la vida es sueño. Y, desde mi punto de vista sueño y apuesta.

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