jueves, 21 de diciembre de 2017

La razón de una larga ausencia

Ocurrió que comenzando el año, en casa, lo que mi madre llamaba “vivir con el corazón en un puño” empeoro y mucho. Se volvieron necesarias, entonces las visitas por urgencias al hospital y un par de ingresos en él de unos 40 días en total, Días que resultaron un alivio importante si los comparamos con los otros días, fuera de eso yo no esperaba gran cosa de ellos. Pero visto lo visto he de reconocer que la medicina actual obra prodigios y hacia abril ya todos, yo incluida, teníamos claro que esta crisis se había superado y que probablemente hasta dentro de dos o tres años no se presentara la próxima.

Como es natural durante esos meses Internet continuo existiendo, pero yo estaba dedicando todo mi tiempo libre a reconstruir mis emociones, muy maltratadas con ese inicio de año. Simplemente aun no faltando tiempo de sobra para otras cosas, no tenia ni un minuto para Internet. Él se encontraba presente, pero yo ausente.

Finalmente cuando me di repuesto y quise acceder al blog descubrí que hacía tanto tiempo que no entraba en la cuenta de Google que hasta había olvidado la contraseña. Hice varios intentos, luego más y continué haciendo más y más, pero nada. Solo había una contraseña que tome la precaución de conservar por escrito (es imposible de recordar de otro modo) pero las demás las había perdido en el reino del olvido y no volvían.

Evidentemente insistí y evidentemente termine dando con ella. Ahora pienso que podré incluso recuperar la del Facebook que hice pensando en quizá poder hacer uso de él para la difusión del blog, blog que por fin puede volver a la vida.

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