Esta vez no puedo hablar con
libertad ya que hay gente de mi entorno que me lee y sabe a quién
pertenece el blog y no quiero que tengan demasiados detalles
personales, pero hoy quiero hablar no de la buena gente, ni de la
mala gente, si no de “esa gente” que no es ni lo uno ni lo otro,
de lo que de ellos pienso y de lo que ante ellos siento.
Circula por Internet una cita
cuya literalidad y autoria no recuerdo. Pero que viene a decir que
cuando la mala gente logra sus propósitos es porque la buena gente
no ha hecho nada por evitarlo.
Me gusta esa cita, pero esta
equivocada. Pues la buena gente es precisamente la que hace algo por
evitar un mal, una injusticia, no la que se queda mirando el
espectáculo, escandalizada o no da igual, desde sitio seguro y
garantizándose que no le afecte. Esa gente, la que se cruza de
brazos ante el mal, ante la injusticia, no es mala gente en tanto y
cuanto no hacen el mal, más tampoco son, para nada la buena gente,
ya que lo consiente y dan a su modo al mal su beneplácito.
Esa gente, los tibios, los ni fu
ni fa, aquellos que ven lo injusto pero que consideran de gente
sensata llevarse bien con el injusto por ser esa la vía más segura
para evitarse conflictos, la que se siente agradecida cuando el
injusto le sonríe y le devuelve la sonrisa y piensa que “dado que
me sonríe no puede ser tan malo y es injusto juzgarle mal”... esa
gente es la que hace posible el mal, la injusticia. Sin ellos el mal
nada podría pues los malvados son pocos y tan pocos que de hecho
nada podrían sin los tibios. Y, es que la maldad puede o no ser
poderosa cuando actúa por comisión, pero solo logra reinar e
imperar sobre la vida cuando actúa por omisión. Por eso ellos los
tibios, los ni fu ni fa, son el problema, no los malvados.
...o.O.o...
Edito: He aprovechado para buscar ahora la cita, es de Edmund Burke y dice literalmente:
" Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada."
" Para que triunfe el mal, sólo es necesario que los buenos no hagan nada."
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