Al principio Dios estaba solo y
dada que estaba solo nada tenia por hacer, por ello dormía.
En su sueño soñaba y soñó y
fue que en su sueño vio, bajo un claro de luna, una mujer que en las
aguas de una laguna, mientras cantaba, se bañaba y tanto la miro y
tanto la escucho que termino con su corazón enamorado. Nunca tal
cosa le había ocurrido, de repente en la eternidad algo nuevo había
ocurrido. “¿Qué es esto?”, se pregunto, “¿Qué me ocurre?”.
Dios no comprendía y eso le alerto y la alerta le hizo despertar. Y,
al despertar lloro y no sabía que le hacía llorar. Pero sí sabía
una cosa, que nada había más importante que aquella mujer y su
canto. Y, entonces Dios tomo una decisión, decidió que la mujer no
fuera un sueño, que fuera real, que además de cantar existiera. Y,
la eternidad entera obedeció el deseo de Dios, así nació el mundo
para que ella pudiera nacer en él. Dios supo de ello, pero vio que
no era suficiente, anhelo ver y escuchar sin necesidad de soñar. Y,
la eternidad de nuevo satisfizo el anhelo de Dios, y lo convirtió en
hombre, para poder amar sin necesidad de soñar. Convertido en hombre
Dios olvido ser Dios, olvido incluso la causa del mundo, y hasta su
amor olvido, pero el recuerdo que anida dormido a veces despierta. Y,
entonces pasan cosas.
“¿Sabes por qué te he contado
esto y del modo en que te lo he contado?”, me lo pregunto quien me
lo contó con la cabeza negué saber. “Te lo he contado por ser una
de las pocas verdades que vale la pena conocer en la vida”, me
dijo, “y te lo he contado de este modo y no de otro por ser tú mi
nieta y yo tu abuelo, que si fuera tu abuela te habría hablado de
cuando la Diosa esta sola y soñó un hombre, bajo un claro de luna,
cantar mientras se bañaba en las aguas de una laguna y todo lo que
después paso; y sería la misma historia”
Y, entonces el hombre y la niña
guardaron silencio y ambos se quedaron contemplando la lapida bajo la
cual la tierra guardaba los restos de una esposa y abuela que yo
nunca llegue a conocer. Y, sé que aquellas palabras no fueron
inventadas para mí si no para ella y que si me fueron dichas fue
para hacerme comprender que yo veía una lapida pero no era una
lapida lo que veía él.
No sé si él se daba, dio, o no
cuenta de que ya nunca olvidaría yo la historia. De que me marcaría
incluso mi forma de ver la vida y mi relación con el mundo y los
demás, de lo que si estoy segura es que nunca sospecho que a mi vez
contaría la historia en un blog. Pero curioseando encontré una
entrada en un blog ajeno, que seguro no la entiendo bien o cuando
menos no del todo, pero que me ha hecho recordar una vez más lo que
le sucedió a Dios cuando en un sueño soñó y todo lo que ocurrió
después.
Bellísima narración!
ResponderEliminarGracias
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