La primera vez fue el verano que
,terminado el instituto, comencé mis estudios universitarios. Por
supuesto luego no fueron las cosas “exactamente” tal y como
esperaba, nunca lo son, salvo, quizá, si es muy poco lo que
imaginamos y yo era mucho lo que imaginaba. Pero tampoco fue tan
distinto. Un más o menos.
La segunda vez fue el verano justo
antes de iniciar el curso final de cierta licenciatura. Fue un mar de
promesas en el que cual gota de agua en el océano me deje disolver.
Para entonces era un poco más sabia que la vez anterior o quizá
simplemente menos ingenua o menos tonta, y poco o nada fue lo que me
deje imaginar, simplemente me deje llevar, encantada de ser llevada a
una nueva vida.
De nuevo en verano se presenta un
momento similar a esos otros dos. Un momento prometedor. Pero mucho
más radical que los otros dos, con un antes y un después
brutalmente distantes, inmensa es la distancia que de tan grande que
es hasta el Atlántico se me aparece charquito de agua de lluvia.
No hay prisa, y me gustaría decir
que eso se debe a que más sabe del camino la tortuga que la liebre,
pues la rapidez de una la ciega a un montón de pequeños detalles
que, pese a pequeños y quizá precisamente por pequeños, bien puede
que sean en realidad los más fundamentales del camino. Y, yo soy
amiga de aprender. Sí, me gustaría decir eso y callar, por ser
mentira, que no lo es, que una cosa son las promesas y otra el final
del camino. Algo está pasando, pero nada me garantiza un final
venturoso. Simplemente me promete que salga bien o mal tendré, estoy
teniendo, una oportunidad para que salga bien. Y, con eso, por el
momento me basta. Por si me saliera mal, no hay prisa, quizá, si
sale mal, sea la última vez que la vida me regala una esperanza
hermosa, nunca se sabe, y la quiero saborear. Sé que no me estoy
explicando, no es fácil sin contar demasiado.
Durante años, demasiados años,
la esperanza jugo conmigo a un juego cruel.
A un juego sádico.
Mi vivir era como el de aquel
pobre desgraciado al que los dioses condenaron a subir colina arriba
una pesada roca, y cada vez que la roca estaba a punto de pisar la
cima resbalaba sobre el condenado, lo aplastaba y corría colina
abajo, a donde el condenado de nuevo tenía que bajar, aplastado como
estaba, a empujar la roca colina arriba, para de nuevo, una y otra
vez acabar aplastado por ella y volver corriendo colina abajo a de
nuevo empujar la roca. La diferencia es que en mi caso no era una
roca la que me aplastaba los huesos, era la esperanza rota reventando
mi ingenua alma, y cuanto mayor era la esperanza mayor era el
aplastamiento. Por eso aprendí a huir de la esperanza, simplemente
sin ella vivía mejor. Y, es que entonces, como luego comprendí,
eran esperanzas equivocadas, esperanzas que no tenia fuerzas yo para
hacerlas llegar a la cima de colina alguna.
Pero la esperanza de la que hablo
hoy es diferente. El viento mismo sopla a favor de ella, la empuja,
tiene alas, y la colina no parece muy alta, ni muy escarpada. Al
contrario que las vanas esperanzas en su día inventadas por mí esta
es una esperanza que no busque, que me salio al encuentro en el
camino, que se topo conmigo y yo con ella, me la trajo el mundo, me
la puso delante de las narices, y es una esperanza que se diría que
lucha por llegar a la cima de la colina, que el mundo entero conspira
para ayudarle a llegar, no parece una esperanza que deba ser
arrastrada colina arriba si no una que me pide ayuda para llegar
hasta allí y poder entonces transmutarse en promesa cumplida.
Y, vivo estos días, estas
semanas, que terminaran si sale bien siendo unos meses y si sale mal
quizá ya la próxima semana embargada por lo que está pasando. Con
mis poros abiertos, todos ellos, a esa esperanza cual si fuera yo
lagartija al Sol. Y, escucho ese sordo ruido que tan lejano parece de
mis huesos clamando su dolor, pero dejándome calentar por el Sol. Si
me sale mal, que espero que no, al menos habré ganado ese poco de
Sol, yo que ya solo sabía vivir bajo la sombra entre las grietas de
la tierra. Y, si me sale bien entonces habré conquistado mi derecho
a no tener que volver a esconderme del Sol. A dejar de ver un
infierno en la esperanza. Así de sencillo.
En fin, que algo anda pasando y yo
ando más en eso que en mí. Por lo tanto nada hay de raro en que el
blog lo denote.
En una entrevista a Miquel Bassols, que ¿es? el presidente mundial de la escuela lacaniana de psicoanálisis, con quien humildemente me comunico, le preguntaron algo y dijo: Le tengo que dar dos noticias, una mala y otra buena, la mala es que los extraterrestres ya están aquí, la buena es que son el Inconsciente.
ResponderEliminarLo que le quiero decir es que hay un saber de las "mujeres", pero no personas con pene o vagina y no hablo de connotaciones sexuales, sino de un tipo de personas que van a tomar parte del mundo, como aquellas que entre todos van a dar el último salto, quien sabe hasta cuando, pero será positivo, seguro, no habrá guerra ni Apocalipsis, y es cierto que las personas más frías tienen un cierto miedo a la esperanza, pero quien mata la esperanza mata al ser Humano, créame.
Vicent
Nunca entenderé, Vicent, como a los lacanianos os puede gustar esa terminología. Hace, innecesariamente, que sea muy difícil comprenderos. Pero tiene razón: “mata la esperanza y mataras el hombre”
EliminarPero yo no soy nada, no soy ni marxista ni lacaniano ni ... a veces dudo de que yo sea una simple persona, lo que le quiero decir es que el "Ser" es la liebre del galgo.
EliminarVicent
Ahora, la pregunta podría ser, mejor que las viejas preguntas manidas por la Humanidad durante siglos: ¿Se puede ser presidente del gobierno y amar a la vez?
ResponderEliminarMi respuesta no la tengo clara, pero será que sí, la respuesta que hoy tengo es que se puede amar en la forma de un presidente de gobierno.
Vicent Adsuara i Rollan
Y a la vez que aparece el Inconsciente se desarrolla la técnica hasta límites insospechados, imagínese que el cedé ya existe hace setenta años. Este es el mundo que nos espera, si lo miramos desde su óptica, desde la mía es mucho, mucho más inmenso, una óptica que usted irá conociendo, su vida depende de que la liebre vuelva tras sus pasos e inspeccione a fondo el camino. Un palmo de tierra dice todo lo que hay en el Universo.
ResponderEliminarVicent
La liebre de mi historia, no sé la suya, es esa que de volver tras sus pasos es para de nuevo hacer el camino a velocidad de liebre, con lo cual no es posible que vea que “ Un palmo de tierra dice todo lo que hay en el Universo”. De ese modo aunque haga el camino mil veces, mil veces le pasa eso desapercibido.
EliminarLe comprendo, hay un muro que nos separa, usted es una mujer conceptual yo un hombre intuitivo.
EliminarVicent
Pero ahí ya estaría tomando su lugar, y no quiero, no es mi tarea. Así que nos seguimos respetando, diciéndole o pidiéndole perdón por mis últimas palabras.
ResponderEliminarVicent
¿Se da cuenta ahora como la pirámide trófica, como la de Ghizé es un rombo trófico? Con una cara oculta ambas, que ha de permanecer oculta, siempre, aunque de tanto en tanto vea la luz. Lo había de decir si no reviento, y a lo mejor me hace usted reventar, me arriesgo, por usted, por mí.
ResponderEliminarVicent Adsuara i Rollan
Los fríos pierden la salud cuando, Freud lo llamó, se castran, los histéricos se homosexualizan, hay que saber cómo pasar el Complejo de Edipo, sin violencia para volver a tener el "falo" que llamó Lacan.
ResponderEliminarVicent Adsuara i Rollan
Es todo un arte, Julio César era un fenómeno en este tipo de situaciones y un gran militar.
ResponderEliminarVicent
Y ahí entra en juego Dios, el 12, el 8, ocho comentarios, el 8, el hombre-dios, el homosexual y el histérico, para eso valen, para morir simbólicamente por los hombres.
ResponderEliminarVicent Adsuara i Rollan
Y como noveno comentario le diré que siempre hay que dejar un halo de misterio, un inacabado, como la sinfonía maravillosa de Shubert, si no todo acaba. Pero usted sabe que está ahí y ambos, todos lo sabemos, consciente o inconscientemente, créame, usted está aprendiendo el inconsciente, el Inconsciente, Dios.
ResponderEliminarMi psicoanalista me comentó que ciertas personas vienen a su consulta y ella en una primera vista les dice que no puede hacer nada por ellas, ciertamente, nada, pero sí que puede, y lo hace, lo hacen estos profesionales, chamanes o como quiera llamarles, en la distancia.
Un abrazo y hasta pronto.
Vicent Adsuara i Rollan
De la Incompleta o Inacabada de Shubert, la sinfonía número 8 dice Otto Schumann: "Es como si la mano de un niño cogiera la de un hombre abatido por la pena".
ResponderEliminarVicent
La siguiente montaña ya es más complicada de subir, usted que es mujer las tiene invertidas, pero en el caso de un hombre físico alguien ha de amarnos tanto como para dar la vida por nosotros y poderla escalar así, y esto es cuestión de que el reloj llegue a su hora a este Santo, que su vida acabe en ese momento, es cuestión de tiempo, de tiempo, de tiempo... Mientras tanto la virilidad o la feminidad en su caso, quedará incólume.
ResponderEliminarVicent
Y no es muy diferente a lo que usted contaba en cuanto a su credo, pero visto desde el punto de vista de la tortuga, las cosas o mejor el fondo de las cosas es matar o morir, el "rovell" es el estilo, l'style est l'homme même, decía Buffon.
ResponderEliminarVicent
Pero no busque nunca la sutuación, o no la encontrará jamás, déjese llevar y subirá finalmente y por largo tiempo permanecerá en la montaña, la última montaña.
ResponderEliminarVicent Adsuara i Rollan
Y la primera montanña no consistía en "matar" al Padre simbólico, como tergiversaron a Freud, sino en "sentir" deseo, que no goce o amor, que a veces también, por nuestra "madre" simbólica, por la mujer de nuestro "padre simbólico". ;-)
ResponderEliminarVicent
Ahora, si uno o una tiene prisa, siempre está el hombre o la mujer ajeno al clan y madre o padre de nuestros hijos, simbólicos o reales, hacerse padre; mi padre la encontró extremeña yo murciana, mi símbolo llegaba hasta aquí, aprender el símbolo es fundamental para el mundo actual y pieza clave en mi ¿teoría?
ResponderEliminarVicent
Pero no se olvide, la vida es una contradicción paradójica o si lo desea un milagro, el Pdre es Hijo y el Hijo es Padre, y ambos o sendos registros con el Espíritu Santo funcionan por separado, pero si uno falla fallan los demás.
ResponderEliminarUn hombre me dijo un día en mi trabajo al verme hablar en catalán-valenciano: _Yo soy de arriba y tú eres de abajo. Yo le dije: _Efectivamente, usted es de arriba y yo soy de abajo y usted es de abajo y yo soy de arriba. Se fue con un lacónico: _Como usted quiera. No pudo nada contra mí, yo tenía al Padre, o al Hijo o al amor, al Espíritu Santo.
Vicent
Que me salvaron personas, lógicamente, personas concretas, pero también el lenguaje, y cada mosca o mosquito o planeta cósmico que en ese momento lo disuadió o le impidió hacerme mal,no, Dios, es lenguaje, pero más que lenguaje, hay algo ignoto en él, y infinitamente o mejor, innombrablemente desconocido que actúa.
ResponderEliminarY ahora ya le dejo, yo creo que he llegado a dar toda mi experiencia sobre su artículo, debe de haber más, siempre lo hay, pero la inacabada de Shubert nos dice basta..
Vicent Adsuara i Rollan
Dios, el amor, es Inconsciente, que no el Inconsciente, ve, el tan temido 18, no tiene palabra, pero sí si llegamos a un acuerdo con él, con el mundo.
ResponderEliminarUn abrazo y hasta el siguiente artículo, espero que lo haya, siempre lo hay, siempre.
Vicent Adsuara i Rollan
Lo que está ocurriendo, Vicent, no es malo. Lo malo es aquello de lo que parto, ahora lo peor que me puede ocurrir es quedarme como estaba, pero si sale bien mi vida va dar un giro total, por ello me afecta, estos días ando desconcentrada, como en Babia, e Internet me parece lejano a mi presente e intereses pues estoy centrada en otras cosas y sobre todo en tensa espera de lo que va venir pues nada me garantiza, por ahora, que me vaya salir bien. Pero como me salga bien.... ¡FIESTA!
EliminarY, sí, :-) va haber más articulos. Todo lo que empieza termina y eso incluye a las vacaciones y este lapso de tiempo, un par de meses, en realidad más bien tres, no ha sido en cierto modo, un tanto eufemistico pero real, unas vacaciones.
Si me permite el último párrafo o si lo quiere llamar consejo, no lo busque, él sólo vendrá, con el tiempo. La vida es un don que solo ¿? puede apagar, y nunca se apaga, créame. Yo sé que usted no puede, no debe dejar nada al "e", o al "n", pero esta vez déjelo, hágame caso, su vida traspasará ese umbral de lo imposible, y verá que es posible, pero a la vez imposible. Eso es el símbolo.
EliminarVicent
Gracias.
ResponderEliminarAqui la que tiene que dar las gracias soy yo, Vicent, :-)
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